¡Lo Recorderás!

Una visita obligada para los amantes de las ruinas y de los parques arqueológicos.

miércoles, 17 de febrero de 2010
















ESPACIOS NATURALES DEL VALLE DE ALCUDIA Y SIERRA MADRONA:


La Comarca del Valle de Alcudia se encuentra en la región de Castilla La Mancha, al suroeste de la provincia de Ciudad Real, ocupando una superficie de 3425 km2 con 21833 habitantes, siendo uno de los grandes espacios geográficos de toda la submeseta sur. Dentro de las distintas unidades naturales que comprende el territorio, destacar la denominada zona natural del Valle de Alcudia, que da nombre a la comarca, y según la clasificación agraria su casi absoluta pertenencia a la comarca agrícola de Pastos, de cara a evidenciar su homogeneidad física y socioeconómica.
Limita al N con las comarcas de Montes Norte y
Campo de Calatrava, al S con las comarcas andaluzas de los Pedroches y Sierra Morena, al O con Montes Sur y al E con Campo de Calatrava.
La Comarca del Valle de Alcudia incluye los términos municipales de Abenójar, Almodóvar del Campo, Argamasilla de Calatrava, Brazatortas, Cabezarados, Cabezarrubias del Puerto, Fuencaliente, Hinojosas de Calatrava, Mestanza, San Lorenzo de Calatrava, Solana del Pino y Villamayor de Calatrava.
Pasando por la A41 hasta la altura del municipio de Fuencaliente en la N420.














ESPACIOS CULTURALES/ HISTÓRICOS


GEOLOGIA DE SIERRA MADRONA

Esquistos, pizarras, cuarcitas y algunas grauvacas y areniscas paleozóicas constituyen la litología de estas sierras, que estructuralmente se caracterizan por una sucesión de amplios anticlinales y sinclinales cuyas direcciones aziales arrumban según la dirección hercínica WNW-ESE. Un largo anticlinorio cruza la zona correspondiente al Valmayor y Cereceda. Además un extenso sinclinorio recorre la solana superior del Valle del Robledillo, y finalmente un conjunto variado de fallas y pliegues aislados completa el conjunto tectónico de la región.
Sobre estos sustratos geológicos, sus suelos, siempre
ácidos, presentan una acentuada variedad morfológica. Cuando la pendiente es suave y sobre pizarras, los suelos son relativamente profundos con horizontes B de acumulación de arcilla ( Alfisoles y Ultisoles ). A medida que la pendiente aumenta la profundidad se hace más variable y los materiales pizarrosos se mezclan, en coluvios, con aportes cuarcíticos de las corridas que coronan las alturas de la Sierra. En estas condiciones, los Alfisoles y Ultisoles alternan en muchas ocasiones con suelos esqueléticos ( Entisoles ) e incluso con afloramientos de roca. La degradación de la vegetación primitiva, con la subsiguiente erosión, ha acentuado los procesos de adelgazamiento del suelo, con lo que la regeneración de la vegetación arbórea está, en la actualidad, edáficamente limitada.
En las áreas donde dominan los coluvios de
cuarcitas y areniscas, con poco material arcilloso, los suelos son ricos en materia orgánica, en especial en las umbrías y áreas más elevadas, produciéndose localizados e incipientes procesos de podsolización. Los suelos son aquí Inceptisoles y más raramente Spodosoles ( podsoles ).

HIDROGRAFÍA

La llanura central de este Valle constituye la divisoria de aguas entre el Guadiana y el Guadalquivir, siendo las zonas orientales tributarías del Guadalquivir y las occidentales del Guadiana. La línea divisoria se inicia en la sierra Sur de Alcudia, en un cerro de 1.080 m. próximo al venta de la Inés, y continúa a través de la Vereda Mayor de Alcudia, con altitudes comprendidas entre 7 10 y 740 m., para terminar en la sierra Norte de Alcudia, en unos cerros de 940 m. de altitud al oeste del Puerto Pulido. Las principales cuencas fluviales de la región occidental corresponden al río Valdeazogues, que atraviesa transversalmente el Valle en su extremo más occidental, y al río Alcudia. En la parte oriental, los accidentes hidrográficos más importantes son el río Tablillas, el Montoro y el Fresnedas, que forman una profunda y estrecha hoz en el extremo más oriental de la sierra Norte de Alcudia.

La red fluvial de Alcudia se caracteriza por ríos de escasa pendiente (de 4 a 5 por 1.000), donde alternan zonas de escaso fondo con otras en las que la corriente se remansa dando lugar a charcos que en ocasiones son profundos y de gran extensión, las tablas, de donde proviene el nombre del río Tablillas. El perfil transversal de los ríos es muy variable, presentando su cauce una sección típica, con un lecho mayor o cauce de avenidas y otro mucho más pequeño, que corresponde a la extensión ocupada por las aguas cuando el río fluye con su cauce normal.

El régimen fluvial viene determinado por el clima, lo que origina un largo período de estiaje desde Finales de mayo a mediados de octubre, En esta época los ríos presentan un caudal intermitente, que sostiene los charcos o tablas que se encuentran a lo largo de los principales cauces, y que son los máximos responsables de la endemia palúdica sufrida por esta comarca durante siglos (HERNÁNDEZ PACHECO, 1933).

La red hidrográfica de la comarca se completa con los embalses de Montoro y Tablillas en el sector oriental, y los pantanos de Entredicho y Castilserás, en el río Valdeazogues, en la zona occidental. Los acuíferos carecen de importancia debido a la propia constitución geológica de los terrenos, que impiden la captación de aguas subterráneas.
















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